O agitador, George Grosz, 1928. |
Costa Rica
Esta pandemia tiene la misma característica del neoliberalismo, los pobres sufren más, y los gobiernos toman medidas para ayudar a las empresas decretando recortes salariales, despidos y disminución de jornadas de trabajo; y el pueblo seguirá en disminución económica cada día. En Costa Rica el gobierno propone un impuesto a los asalariados para solucionar el problema de la población en desventaja económica, eso está bien si lo vemos desde la solidaridad social, pero a las exportadoras las exonera de impuestos del IVA y no parece que quieran pedirles algo para ayudar a los desfavorecidos.
Este es un sistema de muerte, así lo define nuestro amigo Franz Hinkelemmert, y tiene toda la razón, este capitalismo neoliberal está llegando a extremos, y la vida va quedando en segundo o tercer lugar, primero la competencia, el medio- fin, y luego la vida o lo que queda de ella. No queda más que regresar a Nietzsche que odiaba a Sócrates por introducir la racionalidad primero que la vida y, si lo vemos desde otras dimensiones, la vida resurge cuando el neoliberalismo desacelera el crecimiento, ya lo vemos en la naturaleza, animales regresando a sitios antes usados por humanos, venados caminando y jugando en la playa de Manuel Antonio, manatíes nadando en aguas superficiales cerca del puerto de Limón, en el Caribe, cisnes y jabalíes en sitios de turismo europeo.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de los humanos, con este desaceleramiento económico se están matando de hambre ya que el sistema de muerte únicamente favorece a un 1% de la población que acumula la riqueza del mundo. La población (99%), calificada como Capital Humano (mano de obra) es el componente más importante del crecimiento económico (BM) de los países, visto de otra forma, es el que produce la riqueza del 1% de la población. Hoy, este Capital Humano es la población más pobre del mundo, especialmente los obreros, han producido riqueza, pero ellos no tienen nada.
La naturaleza, que podría ser aliada de las poblaciones para una subsistencia digna en tiempos de crisis, ha sido tomada por esta clase depredadora, el 1% de la población, para producir su riqueza, el mismo Banco Mundial considera el Capital Natural como el segundo elemento para el crecimiento económico del mundo.
Ante todo esto, la globalización y el capitalismo neoliberal quedan certificadas como factores de desigualdad social; y las sociedades, al menos las que puedan, después de caer al fondo del precipicio, y si surge un aprendizaje de toda esta desgracia, tendrán que retomar las economías locales y recuperar el aprendizaje de las comunidades campesinas, de los pueblos indígenas y vivencias solidarias calificadas como anacronismos por la modernidad.
Modernidad, capitalismo, neoliberalismo, tres “personajes” en un solo “dios” verdadero: la acumulación de riqueza; esta trilogía arremete contra la solidaridad porque no les genera dividendos, la solidaridad comparte, ayuda, instruye, educa, reconoce virtudes, es empática con las mayorías poblacionales, conserva valores humanos. La trilogía globocapitalista tiene como valor supremo a la COMPETITIVIDAD, y en esta competitividad los que ganan son los más fuertes económicamente, o mejor decirlo, el 1% de la población.
Cuando vaya a usar la palabra COMPETITIVIDAD, piénsalo mejor y recuerda la alianza Pandemia – Neoeliberalismo, y reflexione sobre la SOLIDARIDAD.
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